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Richard, una bella desconocida en el corazón de Essaouira

En la singular ciudad de Essaouira, se desarrolla tranquilamente una historia extraordinaria, protagonizada por un hombre de gran corazón: Richard, un parisino de 54 años, y su madre, de 81, han hecho de esta ciudad marroquí el hogar de cinco personas. . años ahora. .


Su tranquila vida cotidiana dio un vuelco a las 23.12 horas del 8 de septiembre del año pasado, cuando un devastador terremoto sacudió Marruecos y sus alrededores.



Como todos en esta zona, Richard escuchó las noticias por la radio. Pero su instinto, guiado por una compasión infinita, le llevó a actuar de inmediato. En sólo 24 horas movilizó dinero y recogió alimentos, colchones, mantas y todo lo que pudiera ser útil a las víctimas de este desastre.


A primera hora de la mañana, pasada la una y media de la noche, un convoy de ocho vehículos cargados de víveres partió sin saber su destino exacto.


Después de muchas horas de viaje, el convoy se detuvo cerca de Chichaoua antes de dirigirse a Adassil, una pequeña ciudad rural de la región de Marrakech-Safi donde los daños causados por el terremoto fueron particularmente devastadores.


La verdad allí fue desgarradora.

Los residentes lo perdieron todo y quedaron en profunda angustia. Richard quedó profundamente conmovido y decidió repetir este heroico experimento ocho veces desde entonces para brindar alivio a quienes más lo necesitaban. Ahora pretende organizar otro viaje antes de que finalice el Ramadán con la esperanza de llevar algo de ayuda a las familias necesitadas.


Aunque Richard insiste en financiar estas operaciones con sus propios recursos, se enfrenta a un desafío financiero para su próximo viaje, estimado en 5.000 dirhams.


Su abnegación ha conmovido a quienes tuvieron el privilegio de conocerlo y muchos quieren apoyarlo.


Hoy lo invitamos a unirse a nosotros para apoyar a Richard en su noble misión. Su generosidad desinteresada y su compromiso con los demás son una inspiración para todos nosotros.


Si desea contribuir a su próxima caravana de comida, no dude en contactarnos.

Juntos podemos marcar la diferencia en las vidas de quienes más lo necesitan.

En una conmovedora conversación, Richard explica humildemente que la mayor recompensa por su dedicado trabajo es la felicidad que ve brillar en los ojos de los niños, incluso con un simple globo.


Y ahí reside su verdadera riqueza: la capacidad de hacer del mundo un lugar mejor con un gesto a la vez.


Ver producciones en vídeo de convoyes y asistencia a los colectivos más desfavorecidos

Gracias de antemano por tu participación

 
 
 

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